La unidad de responsabilidad social de esta Dirección General de Contabilidad Gubernamental (Digecog), llevó donaciones de sus colaboradores al “Hogar Vida y Esperanza”, institución sin fines de lucro que alberga niños y adultos sin familia en condiciones especiales y además brinda los servicios de estancia infantil para familias de escasos recursos económicos, acogiendo a niños y niñas desde los tres meses hasta los cuatro años de edad.
La ejecución de esta jornada estuvo a cargo de Domingo Jerez, junto a Jasson Guzmán, y la entrega de los donativos fue encabezada por el encargado de Recursos Humanos, Anstron Escaño, quien conversó con la directora del centro, Carmen Vargas, sobre la larga trayectoria que ha tenido ese centro desde su creación.
La misma contó también con las donaciones y el apoyo del director general de Digecog, Rómulo Arias Moscat, quien expresó que es deber de todo ciudadano contribuir con la sociedad y las personas en situación vulnerable, porque no es de buen ciudadano y buen cristiano dejarle todas las cosas al Gobierno.
Un poco de historia
El Hogar Vida y Esperanza fue fundado en 1986 por la fenecida ex primera dama doña René Kiang de Guzmán, ex esposa del fenecido ex presidente de la República, Antonio Guzmán Fernández. Ella creó el Consejo Nacional de la Niñez (CONANI), que ahora funge como el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia, también CONANI, órgano rector del Sistema Nacional de Protección de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.
La directora del centro, Carmen Vargas, sí que tiene historias que contar sobre la ardua tarea que le ha tocado librar junto al personal a lo largo de los años y cambios de gobiernos por los que ha pasado la República Dominicana hasta la fecha. Inicialmente, el centro estuvo a cargo de las Carmelitas Descalzas y estaba sólo destinado a la adopción y guarda de niños en situación vulnerable. Luego pasó a ser una estancia de adultos con discapacidad.
Pero para ella no hay nada que se iguale a cuando las instalaciones del Hogar Vida y Esperanza tuvieron que servir de albergue a más de 100 familias haitianas cuando Haití fue víctima del terrible terremoto que lo devastó el 12 de enero del 2010 cuando el padre Manuel Ruíz era el director del centro, y ella tenía otras funciones.
La barrera del idioma era el peor problema junto a otros que se le añadían casi igual de relevantes, para el buen manejo y la higiene del lugar, junto a la falta de espacio. Pero “con la ayuda de Dios” (como ella misma cuenta), el paso del tiempo, la colaboración del Gobierno y del Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), esas familias pudieron ser reubicadas.
Producto de ello, un discapacitado que fue encontrado bajo unos escombros en Haití a la edad de 10 años y ahora tiene entre 20 y 23, se encuentra entre los 5 adultos que viven en el Hogar Vida y Esperanza, porque nunca fueron adoptados y tienen diferentes discapacidades. Él haitiano tiene por nombre Jhoan y solo tiene movilidad en una mano, aunque habla, ve y entiende.
Una tarea sin descanso
Pero el trabajo en el Hogar Vida y Esperanza no se detiene y el personal tiene que tomar turnos los fines de semana, porque aparte de los cinco discapacitados adultos, 36 niños huérfanos de diferentes edades reciben allí albergue, comida, protección, cuidado, higiene y salud. Para ello tienen a Dolores, Mirka, Francisca, Inés, Nerys y Gisela, entre ellas una sicóloga y una enfermera.
Es una tarea que aparte de ardua es costosa, por lo que los fondos de que disponen resultan insuficientes y es por ese motivo que la directora Carmen Vargas agradeció por la iniciativa que tuvo Digecog de llevar hasta ellos el donativo consistente en: leche, cereales crudos y cocidos, pañales desechables y enlatados, entre otros.
“Les damos las gracias a Dios y a cada uno de ustedes por haber tomado esta iniciativa, porque el amor se manifiesta de muchas maneras y dar es una de ellas”, expresó Carmen Vargas entre otras muchas otras expresiones de agradecimiento dirigidas al personal de Digecog poco antes de partir, a la vez que los exhortó a seguir visitando al “Hogar Vida y Esperanza” de manera individual de lunes a viernes antes del mediodía.
Contó que hay padres que han llevado a sus hijos al hogar para que se concienticen sobre la suerte que han tenido.
Actualmente el “Hogar Vida y Esperanza” está bajo la responsabilidad del sacerdote Manuel Ruíz, quien antes fue su director y ofrece, a parte de la estancia infantil, un Centro de Atención Primaria, atención en psicología, terapia física, del habla y cuidado del habla, según se informa en su página web. También funge como un Centro de Vacunación del esquema básico.
Departamento de Comunicación