Como parte de las acciones del programa de Responsabilidad Social 2023, tres jóvenes del Departamento de Comunicación de la Dirección General de Contabilidad Gubernamental, salieron libreta en mano y cámara fotográfica a tocar las puertas de varias ONG, la Fundación ProBien, el Colegio don Bosco y la Fundación Cruz Jiminián, para conocer desde adentro las necesidades de esas instituciones y saber cómo podemos ayudar.
Fue un viernes 13 de enero entre lluvia y sol, mientras los supersticiosos evitaban cruzar por debajo de una escalera, chocar con algún gato prieto y tirar sal en el zinc, para espantar la mala suerte.
En proBien nos percatamos de un mal que aqueja a cientos de familias y de cuan vulnerable es el sector de los discapacitados, con una escala de su sufrimiento que genera otras enfermedades como la úlcera por presión, que se produce cuando el paciente ha estado mucho en cama o en una silla en una misma posición.
“No basta con internar un paciente discapacitado en el hospital y ponerlo en una camilla, pues estos pueden llegar por una causa y salir con otra, si la cama donde fue colocado no es la adecuada. Al cabo de quince o veinte días, entre orinas y pañal de adulto desechable, movimientos por la picazón en altas horas de la noche y a veces de día, se puede producir una úlcera y esta convertirse luego en una llaga que agrave su salud y causarle luego la muerte, ante la falta de un tratamiento”, según contó el Coordinador de ProBien, Federico Corporán.
“Las sillas de ruedas son como los pantalones, no se ajustan a todo el mundo, hay una silla para cada paciente, si no se consigue la adecuada y sin un ejercicio de ventilación, se puede producir la úlcera por Presión”. Agregó.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la República Dominicana 1 millón 160 mil 847 personas viven con algún tipo de discapacidad, representando aproximadamente el 12% de la población. La Fundación Probien sólo puede ayudar a 100 personas al mes, porque los recursos son limitados y las manos de los voluntarios no dan abasto.
Mientras, en el Colegio Don Bosco niños y jóvenes se preparan para un futuro incierto en un presente que les puede cambiar la vida. En el Centro Salesiano se imparten talleres de actuación, pintura, deporte y otras actividades que promueven las buenas acciones y desarrollo personal del individuo.
Por instrucciones del padre Wilson Rosario, gerente general de la referida casa de estudios, el señor Cristian D´ Oleo y la señora Dayana Antigua, directora del nivel inicial, nos dieron un paseo por las instalaciones del Colegio mientras las pelotas rebotaban en las canchas de Basquetbol y Volibol, a la vez que los juegos de ajedrez se desarrollaban en los bancos clásicos del patio.
Las ayudas y aportes voluntarios de cosas simples como sillas plásticas sin brazos, útiles deportivos, mallas para las canchas de Basquetbol, Volibol y Fútbol ayudarían a mantener el sueño de Don Bosco porque “Solo basta que sean jóvenes para amarlos”.
Luego llegamos a Cristo Rey y a la emblemática clínica del famoso filántropo y querido por todos los dominicanos, doctor Cruz Jiminián, donde fuimos recibidos por su hijo, el Dr. Luis Cruz, quien nos informó que su padre separó la fundación de la clínica “para que no se confunda una cosa con la otra”.
Se quejó de que el año pasado les redujeron considerablemente el presupuesto de 34 millones que recibía la fundación a 18 millones, pero que aun así esta ONG sigue dando asistencia a personas de la capital y el interior del país que vienen sin dinero a tratar casos extremadamente caros.
Pero están motivados porque según se les informó las autoridades ya dieron la orden de que se les asigne un mayor monto en el presupuesto, con el que podrán dar asistencia pediátrica, ofrecer diálisis a los pacientes con problemas renales, atender a las personas con pie diabético, dar pastillas gratis para la presión a la gente de escasos recursos, operar niños con labios hendidos, hidrocefalia y otros males congénitos.
Posteriormente vino a nuestro encuentro Robin Cruz, hermano del Dr. Jiminián, para llevarnos a la Fundación Cruz Jiminián que está ubicada al cruzar la calle casi frente a la clínica, donde fuimos saludados por un equipo de voluntarios.
Ya finalizando nuestra jornada, nos recibió quien ha sido llamado “El ángel del pueblo”, el Dr. Cruz Jiminián, con su estilo peculiar dotado de su don de gente y mirando a sus colaboradores dijo: “el que no pueda atender un paciente sin dinero en este lugar que renuncie” a lo que su personal respondía de manera unánime con un “amén”.
Pasado esto, Jiminián nos pidió que le acompañáramos brevemente a la sala pediátrica, donde vimos niños pacientes que estaban siendo atendidos con todas las comodidades necesarias y apropiadas a su condición y edad.
Más de 2000 personas son atendidas diariamente en la fundación y la clínica Jiminián con dinero y sin dinero, por lo que solo nos queda orar por la salud de Jiminián y todo su equipo, para que Dios les fortalezca en su incansable lucha por los que menos pueden.
Al mismo tiempo, invitamos a quienes leen esta nota que se unan aportando a esta causa, ya que la biblia dice en Salmos 41:1 “Bienaventurado el que piensa en el pobre, porque en el día malo lo librará Jehová. 3:45. p.m.”.
Departamento de Comunicación